El 13 de agosto pasado se cumplieron cuarenta años del
fallecimiento de Victoriano Agustín “Toto” Caffarena, quien se ganara la
distinción y reconocimiento como el “Jugador N° 12” del equipo de fútbol del Club
Atlético Boca Juniors y fuera asimismo Presidente de la República de La Boca y
querido vecino boquense.
Por Norma Rosa
Torello y Martín Scotto
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Victoriano
Agustín “Toto” Caffarena
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Para contar la historia
de Victoriano Agustín “Toto” Caffarena, hay que empezar
por citar sus antecedentes familiares, ya su apellido tiene una importante
significación para La Boca. No sólo
por los meritos del “Toto”, como lo llamaban sus allegados y amigos, sino también
por los de su padre, el escribano Agustín
Rafael Caffarena, quien no por casualidad ha sido homenajeado y reconocido
al denominar una calle y una escuela con
su nombre.
Agustín Rafael Caffarena nació en el barrio de La Boca el 10 de septiembre de 1872. Como la gran mayoría de los
primeros habitantes y fundadores del barrio, su familia provenía de Génova, Italia. De profesión docente y
escribano, fue presidente del Consejo
Escolar XIII (actualmente Distrito Escolar IV), fundó y fue el primer
presidente de la Sociedad Cooperadora de
la Educación y de la Biblioteca
Bartolomé Mitre, contribuyendo y participando activamente en la fundación
de diferentes asociaciones culturales. En 1923 participó junto a Quinquela Martín y José Víctor Molina en la creación de la II República de La Boca.
Agustín tuvo cuatro hijos de
su matrimonio con Isabel Díaz. Clara
Isabel, Agustín Benito, Isabel Herminia y Victoriano
Agustín, quien naciera el 9 de agosto de 1902.
Apenas tres años
después del nacimiento de Victoriano
Agustín “Toto” Caffarena, se
fundaba el Club Atlético Boca Juniors,
el 3 de abril de 1905, cuyo equipo de fútbol encontrará en “Toto” su más fiel y distinguido
seguidor.
Luego de su constitución
en 1905, Boca Juniors fue creciendo,
desde sus primeros partidos amistosos en las ligas inferiores hasta lograr su
afiliación a la Asociación Argentina de
Football. Fue de esta entidad, de donde surgió la idea de enviar una
representación argentina a Europa
para una serie de partidos amistosos. Como no hubo acuerdo entre los Directivos
para formar un plantel común, el Club Boca
Juniors ofreció enviar a su equipo, propuesta que fue finalmente
autorizada.
Fue así como el 4 de
febrero de 1925, el Equipo de Fútbol de Boca
Juniors se embarcó en el Vapor
Ciudad de Buenos Aires rumbo a Montevideo,
y desde allí abordó el Buque Formosa
con destino a Vigo, en España. El plantel estaba integrado por
Américo Tesoriere, Ludovico Bidoglio, Ramón Muttis, Segundo Médici, Alfredo Elli, Mario Busso,
Domingo
Tarasconi, Antonio
Cerrotti, Dante Pertini,
Carmelo Pozzo, Carlos Antraygues y Alfredo
Garasini, a los que se sumaron cinco refuerzos cedidos
especialmente por distintos clubes argentinos: Manuel Seoane de El Porvenir,
Cesáreo
Onzari de Huracán, Luis Vaccaro de Argentinos Juniors, Octavio Díaz de Rosario Central, y Roberto Cochrane de Tiro Federal de Rosario.
Pero
junto al plantel no sólo viajaban los jugadores, sino que era de la partida Victoriano Agustín Caffarena, el único
de sus seguidores que venciendo a la resistencia familiar, estuvo dispuesto a
gastar sus ahorros en tal aventura. La historia cuenta que su padre, el
Escribano Agustín Caffarena debió
aportar recursos para costear el viaje de su hijo y también para cubrir los
gastos de la gira de Boca.
Foto
tomada en la gira europea de Boca en 1925. Sentado y ubicado en el extremo
izquierdo, aparece “Toto” Caffarena.
El
viaje fue todo un acontecimiento nacional, ya que este era el primer equipo de
fútbol argentino en visitar el continente europeo. El Diario Crítica, en una de sus notas manifestaba que "Los
aficionados están en el deber de despedir dignamente la primera embajada
deportiva argentina que surcará el océano para hacer conocer en la vieja Europa
la potencialidad de nuestro más popular deporte... Saludemos a los bravos
footballers que llevan tan alta misión deportiva y patriótica".
Victoriano “Toto” Caffarena había
conseguido un carnet de enviado especial del periódico El Telégrafo, aunque ya en continente europeo debió asumir tareas
tales como masajista, utilero, asistente, técnico y hasta delegado. Se ocupaba
que los jugadores tuvieran habitaciones cómodas, de la comida y hasta de los
botines. Así fue como el “Toto” conquistó la amistad y el
aprecio de las figuras del equipo, como el legendario arquero Américo Tesorieri y del goleador Antonio Cerrotti, quienes lo
bautizaron: "Es nuestro jugador número doce". Antonio Cerrotti, lo elegiría como el padrino
de bautismo para su hijo Carmelo tiempo después.
Luego de 5 meses,
el 12 de julio de 1925, el equipo de Boca arribó a la Ciudad de Buenos Aires en
el barco “Marsella”, habiendo
obtenido el triunfo en 15 de los 19 partidos jugados, empatado en uno y derrotado
en tres. Todo un éxito con 40 goles y venciendo a equipos como el Real Madrid y el Bayern Munich. Días más tarde, Boca
Juniors fue ungido Campeón de Honor
por la Asociación Argentina de Football
en reconocimiento a su exitosa gira.
Pero fue este
viaje el que consolidó esa especial relación entre Victoriano Caffarena y el Club
Boca Juniors. A su regreso, adquirió tal dimensión que en los partidos en
los que Boca jugaba como visitante ingresaba a los Estadios con un carnet de
masajista. Y no se limitaba a ser un espectador más, sino que continuaba ocupándose
de detalles mínimos que hacían a la vida de los jugadores como la alimentación
o descanso.
Victoriano fue asimismo quien tomó la iniciativa de que Boca
tuviera su propia “marcha” musical.
En 1926, le encargó a Italo
Goyeche que compusiera la melodía de un himno que identificara al Club. La Marcha
fue interpretada por primera vez en piano por la hermana del “Toto”
en su propia casa. Luego requirió del escritor Jesús Fernández Blanco que le ponga letra. Finalmente en 1928, la Marcha
fue interpretada por primera vez en público en un restaurant del puerto de La Boca luego de un partido entre Boca y el equipo británico Motherwell.
El
“Toto”
se casó con Antonieta Calabrese y
siguió los pasos de su padre como escribano. En 1933, al fallecer Agustín Rafael Caffarena heredó su registro notarial y se destacó como un
reconocido profesional.
Victoriano “Toto” Caffarena fue además un
destacado y querido vecino boquense. En 1941 integró la II República de La Boca en el cargo de “Llavero Oficial” y en 1960,
tras el fallecimiento de José
Víctor Molina, fue elegido como Presidente.
Para 1953 ya era "socio vitalicio"
de Boca Juniors y en 1955, el Presidente del Club Alberto J. Armando le entregó una
plaqueta y un distintivo que lo nombraba oficialmente el “Jugador Nº 12” en una ceremonia de
homenaje a todos los jugadores que formaron parte de aquella primera y
exitosa gira del año 1925, al cumplirse su 30° Aniversario.
En
1965 el Presidente del Club Boca Juniors Alberto J. Armando, recibiría
de manos del “Toto” Caffarena en su calidad de Presidente de la II República
de La Boca el título de “Gran
Hechicero”, mediante el “Decreto ley
2.215.368″.
Hasta sus últimos días, Caffarena, afiliado a la Unión
Cívica Radical, rechazó propuestas
para ocupar cargos electivos en Boca.
El
13 de agosto de agosto de 1972, falleció a los 70 años de edad. Fue un verdadero hincha de Boca, que honró al
Club y a sus colores; el auténtico “jugador
N° 12”
, una distinción más que merecida.